El lugar de mi nacimiento
fue Bamunpara, conocido en tiempos anteriores como Brahmanpara, tal
y como ustedes se dieron cuenta recientemente durante su visita. Estudié
en la escuela del pueblo y más tarde asistí a la escuela
de Putsuri. En ese entonces mi padre vendió la propiedad de Bamunpara
y compró una nueva casa en Rangpur, por lo que nos mudamos a
ese distrito. Mi tío materno y su familia vivían a Rangpur.
Ellos eran muy ricos e invitaron a mi madre y a mi padre para que se
establecieran allí. En ese tiempo las tensiones políticas
estaban intensificándose hacia una inevitable división
entre India y Paquistán, la cual eventualmente ocurrió
en 1947. Luego, mi padre murió en Rangpur, y mi familia y yo
regresamos a mi nativa Bamunpara.
La responsabilidad
de mantener a mi familia recayó en mí. A fin de hacerlo
fue necesario que recibiera entrenamiento y aprendizaje en algún
tipo de profesión. Así que fui para que me entrenaran
en un pequeño dispensario que estaba combinado con un hospital
de beneficiencia. No sé si todavía existe. Ahí
los doctores y las enfermeras eran muy escasos. Atendían un solo
doctor y una enfermera, y también yo.
En esa época
era una ley no escrita el que, si recibías de cinco a diez años
el entrenamiento de un doctor, se te aceptaba por propio derecho como
un doctor. Así que, con ese propósito, iba diariamente
a dos distintos dispensarios, situados a dos kilómetros el uno
del otro. En cada sitio, abría el dispensario, tras lo cual alguien
llegaba, limpiaba y preparaba todo para el día de trabajo.
Cuando el doctor
llegaba y atendía a los pacientes, yo aprovechaba esa oportunidad
para divertirme e ir a jugar futbol. Esa era mi rutina diaria. Algunas
veces regresaba al hospital y otras, regresaba a la aldea de Nadanghat
donde permanecía en la casa de un gran zamindar. Él era
un gran terrateniente, y, por lo tanto, muy rico. Yo le simpatizaba
a él y a su familia. Era mi buena fortuna que en todas partes
le simpatizaba a las personas. Nadanghat se encuentra situado a 12 kilometros
de Nabadwip y a 15 kilómetros de Bamunpara.
Tras de jugar futbol
en las tardes, descansaba junto con mis amigos y tomaba una cena, la
cual a menudo incluía channa (requesón frito) y
sak (espinacas). Luego, regresábamos juntos a la casa
de ese gran zamindar, para leer. En aquellos días yo leía
novelas, y frecuentemente en las noches me dormía en el cuarto
de lectura.
Atraído
a los sadhus
Un día llegó
un grupo como de cuatro o cinco sadhus provenientes de este Math.
Los vi por primera vez a eso de las 7.30 de la tarde. Cantaron kirtans
y después dieron una charla sobre el Srimad-Bhagavatam.
Me sentí atraído por ellos. Uno de los sadhus parecía
ser especialmente excelso. Tenía un cuerpo muy santo. Mientras
él estaba ofreciendo una plática acerca del Srimad-Bhagavatam
me hizo recordar a Srinivas Acharya, dando una charla en la asamblea
del Rey Birhambir. Anteriormente había leído mucha literatura
Vaishnava y estaba familiarizado con la historia del Raja Birhambir.
Él fue el caudillo de unos ladrones (dacoits) antes de convertirse
en discípulo de Srinivas Acharya. ¿Han escuchado de esos
eventos? De alguna manera, ese excelso sadhu semejaba ser exactamente
como Srinivas Acharya dando su discurso.
Había mucha
gente, tal vez unas cien, escuchando su plática. Sentados entre
ellos había tres o cuatro zamindares quienes me eran conocidos.
Todos ellos eran ladrones (dacoits). Aunque eran ladrones, no obstante,
para mí eran como mis abuelos. Constantemente bromeaba con ellos
y los fastidiaba, y a veces hasta los regañaba muchísimo,
y debido a ello me tenían afecto. De una forma u otra, disfrutaban
del regaño que yo les daba.
Quedé muy
impresionado después de escuchar la muy revolucionaria plática,
bellamente expuesta por ese brahmachari. No era como las habituales
charlas que daban los "gosvamis" errantes y tras escucharla
me sentí muy atraído, así que regresé al
siguiente día.
Yo tocaba el tambor
mridanga desde muy temprana edad, y sabía cantar muy bien,
de manera que poseía cierta capacidad en ese sentido. Cuando
llegué ellos estaban cantando Vande guroh sri charanaravindam
, y les pregunté que si podía participar con ellos
y tocar la mridanga. Se sorprendieron ante mi petición
pues yo era sólo un joven aldeano, sin embargo, me dieron la
mridanga y yo toqué. Ellos quedaron muy impresionados.
Por ese entonces
yo tenía la posición de un cantante profesional, y esa
es otra historia. Mi padre fue un muy famoso cantante profesional de
canciones Vaishnavas, kirtans, etc. Él era muy famoso
en ese distrito y también en otros, y a través de él
yo heredé muchas canciones. Él murió cuando yo
tenía 14 años. No todos sabían que mi padre, siendo
un cantante profesional que dirigía un gran grupo de sankirtan,
tenía que cobrar a fin de mantener ese grupo. Él pediría
entre 200 y 250 rupias, lo cual era muchísimo en ese tiempo.
La tristeza
de mi tío
Un día vi
a mi tío sentado en la terraza llorando. Él era muy fuerte,
y era un peleador de los que usan un palo. De hecho era un famoso peleador
de palo, por lo tanto, era muy raro que estuviera en esa condición.
Después de verlo le pregunté el porqué lloraba.
Entonces él me dijo que acababan de llamar invitando a mi padre
para que cantara en una función particular, pero que la persona
que había extendido la invitación no sabía que
mi padre ya había fallecido. Aquello había conmovido el
corazón de mi tío, causándole tristeza.
Mi tío me
dijo que esa persona volvería a llamar, y que él no tenía
a nadie para que cantara en lugar de mi padre. Le dije a mi tío
que había una solución y que aceptara la invitación.
Él pareció sorprenderse, y me preguntó: '¿Quién
cantará esas canciones?' Le contesté: 'Yo las puedo cantar'.
Mi tío nunca antes me había escuchado cantar, y me preguntó
cómo había llegado a conocer esas canciones, pues en ese
entonces yo era demasiado joven para escuchar las canciones acerca de
los pasatiempos del Madhurya Rasa de Sri Sri Radha-Krishna.
Mi padre no me permitiría cantar esos kirtans pues me
consideraba no cualificado por ser tan joven. No me era
permitido escuchar canciones de una clase tan elevada; no obstante,
yo estaba sumamente atraído a ello. Por eso, cuando mi padre
iba a cantar, lo seguía y me ocultaba en un arrozal cercano donde
podía escuchar esas canciones. A veces le tomaría todo
un mes el atender todas las invitaciones en una aldea particular.
Yo me sentía
muy inclinado hacia las canciones de Radha y Krishna. En ese entonces
mi memoria era muy fresca y yo podía memorizar cada canción
que él cantaba. Mi padre también daba lecciones todos
los días a algunos estudiantes, mientras yo pretendía
leer a una corta distancia de allí. En vez de leer yo le ponía
atención a lo que él enseñaba. De esa manera, llegué
a estar cualificado. Yo le expliqué eso a mi tío. Aunque
quedó sorprendido, me llevó a su casa para que cantara
una canción "difícil". La canté completa,
y él lloró otra vez y me abrazó. Ahora, él
sabía que podría tomar el teléfono, llamar y decirles:
'Sí, mi hermano no está aquí, pero el hijo de mi
hermano puede cumplir con ese compromiso'.
Ello sucedió
bastante lejos de aquí, a unos 30 kms. De esa forma, comenzó
mi primer tarea como un cantante profesional. Después viajé
a muchas aldeas y canté muchas canciones. Y así obtuve
más experiencia y conocimiento.
Mi primera
asociación
Después
de haber visto y escuchado a los sadhus, sentí una atracción
natural por ellos, y busqué su asociación. Ellos estaban
muy complacidos conmigo. Me brindaron cierto Hari-katha (pláticas
acerca de Krishna) y me preguntaron el porqué yo estaba jugando
futbol. 'En lugar de eso ven con nosotros y platicaremos contigo'. Hasta
ese entonces yo no me había asociado con sadhus. Pero,
fuertemente, sentí su afecto y me encariñé mucho
con ellos. De manera que dejé de jugar futbol y en vez de ello
comencé a asociarme con esos devotos. Tal fue el principio de
mi asociación con los sadhus.
Comenzaron por
enseñarme que este cuerpo es nada, que la mente es nada, que
este mundo es nada, que tu padre es nada, que tu madre es nada que
todo es nada, que sólo Krishna es la realidad y todo lo demás
es material y temporal. Un día morirás y debes estar
preparado para ese momento. Cuando tomas nacimiento, sigue la muerte.
Después de muerto, ¿qué harás? No sabes cuando
llegará la muerte o adónde irás. En la próxima
vida tu padre y tu madre pueden ser un perro y una perra. Tú
no sabes quiénes serán tus próximos padre y madre.
Ellos predicaban así.
Siendo yo muy joven,
tenía un corazón sencillo, así que creí
todo lo que los sadhus me dijeron. Ellos ejercieron una gran
influencia sobre mí. Bromeando les pregunté si me llevarían
con ellos. Y ellos dijeron: 'Si, te llevaremos, pero, ¿te irás
con nosotros?'. Y yo respondí: '¡Sí!'.
Ya habiéndoles
prometido a los sadhus: 'Sí, me iré con ustedes',
intenté evitarlo, de manera que no me llevaran. Pero ellos estaban
ansiosos por llevarme. De inmediato aceptaron lo que les dije.
Tras de mi súbito
'Sí', y de haber accedido a irme con ellos, me sentí muy
perturbado. Nunca había mentido en mi vida. A veces pienso que
mi única buena cualidad era que nunca había mentido. Cualquier
promesa que hacía la mantenía, y yo había hecho
una promesa enfrente de los sadhus.
Por provenir de
una familia Vaishnava y por haber leído muchos libros Vaishnavas,
estaba muy consciente de la historia de Nityananda Prabhu. El padre
del Señor Nityananda había entregado su hijo a Madhavendra
Puri, bajo la fuerza de una promesa. Yo conocía esa historia,
sin embargo, traté de encontrar alguna forma de evitar la promesa
que le había hecho a los sadhus. Consideraba que si los
sadhus me decían que no era necesario ir con ellos, entonces,
yo obtendría alivio. Sin embargo, no me lo dijeron: 'No, no es
necesario que vengas con nosotros', sino que los sadhus siempre
me estaban lavando el cerebro. Cada día iba a donde estaban los
sadhus y ellos me lavaban más el cerebro. Regresaba al
dispensario, luego al hospital, y lloraba pensando: 'Oh, ¿cómo
voy a abandonar todo lo que hay aquí? Pero, se lo he prometido
al sadhu , así que debo ir con ellos. ¿Cómo
puedo evitarlo?
Lo consideraba
de muchas maneras, pero cuando regresaba de nuevo con los sadhus,
recibía más firmeza en la otra dirección: '¡Sí,
debo ir!'. No obstante, cada vez que regresaba al hospital trataba de
pensar cómo arreglármelas con esa obligación. Tenía
muchos compromisos.
Un plan
para encontrar alivio
Finalmente, de
algún modo me decidí por un plan que me daría una
última oportunidad de evitar el tener que ir con los sadhus.
Consideré que, si modificaba mi promesa y le decía a los
sadhus: 'Sí, si hoy mismo me llevan, me iré con
ustedes; pero más tarde, no iré', ellos no podrían
llevarme ya que al siguiente día iban a llevar a cabo un gran
festival en esa aldea. De esa manera yo me vería libre de cualquier
compromiso. Yo esperaba que ellos me dijeran: 'Mañana te llevaremos'.
Entonces, yo les contestaría: 'No, mañana no puedo, debo
irme hoy'. Ese fue mi plan.
De esta manera,
yo era muy sencillo, y abordé a los sadhus con mi informe.
Cuando se los di a conocer, su respuesta fue muy inesperada. Mis palabras
les produjeron mucha felicidad, y dijeron: '¡Muy bien, esta misma
noche te llevaremos!' Así que esa noche ellos me robaron.
Robado
por Krishna
Eran las dos de
la mañana y nuestro viaje empezó al cruzar el río,
en Nadanghat. A esa hora de la noche no había ninguna lancha
para cruzarlo, así que, siendo llevado por el sadhu Jayadwaita
Brahmachari, tuve que nadar el río, junto con él. Él
era un discípulo de Prabhupad, Srila Bhakti Sidhanta Saraswati
Thakur y vivía con Srila Guru Maharaj. Srila Guru Maharaj lo
envió a él y a los otros sadhus para que predicaran
en Nadanghat.
Tras algunas horas
de caminar llegamos a las afueras del pueblo de Nabadwip y nos detuvimos.
Le pregunté al sadhu Jayadwaita Prabhu: '¿Dónde
está vuestro ashram?', y él me mostró una
simple casa. En esa época aquí sólo había
una pequeña construcción de tres habitaciones. Yo me sentí
un poco decepcionado.
Desde mi niñez
yo había leído el Mahabharat y el Ramayana
y las descripciones del ashram de Vasista, del ashram
de Visvamitra y de muchos otros. Conocía esas descripciones,
pero este ashram no lucía como aquellos. Aquí sólo
había una casa, y me sentí un poco desilusionado. El brahmachari
explicó: 'Esta es una construcción pequeña,
pero en su interior vive un gran, gran sadhu'. Al ver la casa
no tuve sentimientos cordiales y felices. Pero ya había salido
de mi aldea y no podía regresar. Me había comprometido,
así que tuve que quedarme.
En ese momento
Srila Guru Maharaj estaba caminando en la terraza, cantando en sus cuentas.
Entonces Jayadwaita Brahmachari Prabhu me mostró: '¡Él
es nuestro Guru. Ven!' Subí a la terraza y Jayadwaita Prabhu
ofreció completas dandavats pranams y me dijo que también
ofreciera dandavats. Entonces Srila Guru Maharaj preguntó:
'¿En dónde encontraste a este muchacho?'.
Jayadwaita Prabhu
dio una pequeña descripción, y al final dijo: 'De esta
forma, este muchacho se ha unido hoy a su ashram'. Srila Maharaj
dijo: 'Oh, este es un muchacho inteligente y bueno'. Él pensó:
'Si puedo educar a este muchacho, él será una buena arma
para nuestra Sociedad'.
Srila Guru Maharaj
me preguntó: '¿Puedes quedarte en el ashram?'. Me
quedé sorprendido y pensé: '¿Porqué este sadhu
me está preguntando, ¿Puedes quedarte? El que
me haya venido a quedar es ya final, entonces, ¿porqué este
sadhu me pregunta: ¿Puedes quedarte o no?' En ese momento,
yo no tenía ni idea, pero le respondí: 'Sí, puedo
quedarme'.
Primer
ayuno
Eso fue en Nrsimha
Chaturdasi, un día de completo ayuno. Nunca antes había
ayunado. Después de haber recibido formalmente el tradicional
cordón brahmínico yo seguía el Ekadasi y
nunca comía granos en ese día, sin embargo, nunca había
ayunado. Más bien en esos días de Ekadasi
comeríamos alu-dham (un vegetal [subji] de papas)
y algunas preparaciones hechas con leche. De esa manera observábamos
Ekadasi, con muy buenas preparaciones las cuales tenían
un sabor diferente. Pero aquí se me advirtió: 'Esto es
Nrsimha Chaturdasi, no se te dará en lo absoluto nada de comer'.
En ese entonces
yo no sabía nada acerca de Nrsimha Chaturdasi y habiendo caminado
desde la medianoche, me encontraba muy hambriento, así que le
dije a Jayadwaita Prabhu: 'Oh Prabhu, estoy muy hambriento', a lo que
él me respondió: 'Hoy es un día de completo ayuno'.
Le pregunté: '¿No puedo comer nada?' Él me
dijo que podía comer alguna fruta. Pero, ¿dónde conseguirla?
Señalé hacia un árbol de papaya cercano. Jayadwaita
Prabhu me dijo: 'Sí, puedes comer una papaya, pero debes ofrecerle
la mitad a la Deidad y el resto te lo puedes comer'.
Esa tarde, tras
la adoración al Señor Nrisimha, me dieron mucho alu-dam,
y al siguiente día hubo un festival muy bonito y mucho prasadam.
En especial el arroz dulce (paramanna) estuvo realmente sabroso.
Después
de dos días, regresó de Nadanghat el resto del grupo de
predicadores, y me pareció que ya para entonces tenía
muchos amigos aquí.
Srila Guru Maharaj
me había visto, y fue mi buena fortuna que se sintiera muy atraído
por mí. Él estaba buscando un muchacho que en el futuro
pudiera ser como un Guru. Él tenía una formula. Se requería
que ese muchacho determinado fuera un brahmín, inteligente, etc.,
con el potencial para ser un Guru. En ese tiempo Srila Guru Maharaj
buscaba a alguien para prepararlo en continuar su sucesión discipular.
Cuando me vio, me examinó. Él llamó a Krishna das
Babaji Maharaj y a otros de sus amigos, e igualmente les pidió
que me examinaran.
Cada uno de ellos
le dio a Srila Guru Maharaj Maharaj un muy buen reporte acerca de mí.
Entre ellos estaba Rama Didi, la hermana de Srila Guru Maharaj, quien
todavía reside aquí en el Math ( Esta historia fue contada
en 1998 Editor) Ella recuerda todo. Rama Didi le dijo a Guru
Maharaj: 'Sí, creo que este es un muy buen muchacho'. Srila Guru
Maharaj también le dijo a ella: 'Rama Didi, mira a este muchacho;
¿será bueno o malo en el futuro?' Rama Didi dijo: 'Del futuro,
nada puedo decir, pero ahora parece bueno'.
Al principio yo
estaba un poco dudoso acerca de si lo que había hecho era correcto
o incorrecto. Yo era muy joven y había tomado ya la decisión
de dejar mi casa y unirme al Math, pero ciertamente ello había
sido hecho por emoción, no por devoción. Al principio
me sentía muy infeliz, pero después, cuando Srila Guru
Maharaj me dio su misericordia, llegué a ser feliz.
De una manera u
otra, aproximadamente después de un mes, fui con Srila Guru Maharaj
al Distrito de Midnapore. Midnapore es el lugar donde se encuentra el
Math de Sripad Jajavar Maharaj. Para ese entonces ya Srila Guru Maharaj
había llegado a declarar que si podía preparar a ese muchacho,
se convertiría en su sucesor. Entonces, surgió una fricción
con los brahmacharis de nuestro Math, incluso con ese brahmachari
que me leía el Bhagavatam, quien previamente me apreciaba
mucho y que muchas veces me llevaba con él. Cuando ellos escucharon
lo que Srila Guru Maharaj manifestó, todos se pusieron muy envidiosos
y desde ese día comenzó mi vida de lucha.
De Midnapore nos
fuimos enseguida a Puri, junto con Srila Guru Maharaj, para el programa
del Ratha Yatra. Teníamos quince días disponibles y Srila
Guru Maharaj nos envió para predicar a un distrito llamado Ganjam.
Después
de ese programa de prédica, cierto brahmachari no quiso
llevarme a Puri para el Ratha Yatra. Srila Guru Maharaj se puso muy
enojado, y le envió un telegrama para que me llevara de inmediato.
Realmente, llegamos apenas en el día del Ratha Yatra y Srila
Guru Maharaja regañó a ese brahmachari: 'Él
es un muchacho nuevo y no ha presenciado antes el Ratha Yatra, ¿porqué
no querías darle una oportunidad de ver el Ratha Yatra?' De manera
que lo regañó severamente.
En aquella época
la regla en el Math era que un nuevo aspirante debía vivir un
mínimo de seis meses aquí, antes de ser tomado en cuenta
para la iniciación. Sin embargo, Srila Guru Maharaj rompió
esa regla y me dio iniciación en el día del Ratha Yatra.
Me llamó y me dijo: 'Ahora te voy a dar la iniciación'.
Hubo una objeción de la otra parte no directa, sino indirectamente,
pero a Srila Guru Maharaj no le importó. En aquella ocasión,
en Puri Dham, me dio la primera iniciación. Srila Maharaj me
advirtió: 'Cuando cantes, hazlo atentamente, y no pienses en
checar el tiempo'.
Días
activos en el Math
Yo trabajaba el
día entero. Por naturaleza era muy inquieto, y siempre sentía
que debía estar haciendo algo. No podía estar en ningún
lado sin trabajar. Así que todo el día trabajaba, pues
sentía que siempre necesitaba estar haciendo algo. Si nada había
que hacer aquí en el Math, me treparía al alto bambú
que servía como un asta de bandera, luego me bajaba y de nuevo
me volvía a subir. Hacía esto en las tardes, mientras
los demás descansaban o dormían. Yo no descansaba en ese
rato. En otras ocasiones me trepaba a un gran árbol de mango.
Durante el primer
año en que me uní al Math, hubo muchos mangos, y ávidamente
me treparía a los árboles y comería mangos mientras
me sentaba en las ramas. Todos se quejaban de mí, mas yo no tenía
temor, es decir, era un muchacho aldeano intrépido.
Y continúo siendo intrépido. Siempre siento que el Señor
Shiva está conmigo, dándome su protección.
En mi juventud
entraba en la selva donde había tigres, osos, y muchos otros
animales peligrosos, sin embargo, cruzaba esa selva felizmente. Cuando
vivía en las aldeas siempre sentía que tenía la
protección del Señor Shiva.
Aún, hoy
en día, siempre siento la protección del Señor
Shiva; que Él siempre está cuidando a su propio hijo.
Nací por una bendición del Señor Shiva, y debido
a esta especial oportunidad soy una persona intrépida. Tal es
el principio de la historia de mi vida.
El sirviente
personal de Srila Guru Maharaj
Srila Guru Maharaj
me aceptó y me dio su propio servicio (seva) personal.
Me ocupé de todo el servicio (seva) personal de Srila
Guru Maharaj, y él constantemente me enseñaba muchas cosas.
Después de cerca de unos seis meses, tal vez un poco menos, Srila
Guru Maharaj hizo arreglos para que estudiara sánscrito con un
pandit que estaba viviendo en el pueblo de Nabadwip, y yo iría
allí todos los días. Pero un dia, de repente vi a mi tío
por el camino. Él me reconoció. Aunque en ese tiempo yo
era un bramachari en ropa azafrán, de inmediato me reconoció.
'Oh, aquí estás. Te buscamos en muchos lugares pero no
te encontramos, y aquí estás, en Nabadwip'. Yo le dije:
'Sí, sí, aquí estoy. Estoy viviendo en el Math.
Por favor, venga al Math. ¡Por favor, por favor, venga! Estoy ahí'.
Él me preguntó: '¿Dónde está tu Math?',
y le dije la verdad.
Ese fue mi error.
Si le hubiera dicho una mentira, entonces él no me hubiera localizado,
pero le dije la verdad: 'Estoy viviendo en el Sri Chaitanya Saraswath
Math'.
Al siguiente día,
como a las 10.30 de la mañana, vinieron doce gigantes y mi tío,
acompañados también de algunos panditas. Ellos
se encontraban en Nabadwip en ese momento. Cuando llegaron yo estaba
instalando una cerca enfrente del Math. Ellos me agarraron y trataron
de llevarme por la fuerza, diciendo: 'Oh, aquí está nuestro
muchacho'. Ellos intentaban llevarme y yo gritaba fuertemente: '¡Oh,
me llevan! ¡Me llevan!' Con todo mi agradecimiento, en ese momento
se encontraba allí un enorme goala (de la casta de lecheros),
quien tenía mucho respeto por Srila Guru Maharaj y que también
solía servirlo. Su nombre era Ashwini Ghosh. Lo llamé:
'¡Ashwini, ellos me están llevando fuera de aquí!'
Ashwini vino y los atajó: '¿Por qué se llevan a este
muchacho?'
Ellos respondieron:
'Es nuestro, ¿porqué no hemos de llevárnoslo?' Ashwini
replicó: 'Si ello es verdad, primero deben ir con Maharaj y decírselo,
luego se lo llevan'. Ellos notaron que el goala era muy fuerte
y que probablemente era un dacoit. En ese entonces, muchos de
los goalas de aquí eran dacoits. Especialmente
en esta área, habían muchas familias famosas de dacoits
, y todos lo sabían. Así que mi tío y sus amigos
no pudieron usar la fuerza, y tuvieron que ir con Guru Maharaj para
platicar con él.
Srila Guru Maharaj
les dijo: 'Si ustedes pueden derrotarme, entonces podrán llevarse
a su muchacho, pero si no pueden vencerme, entonces deberán dejarlo,
¿de acuerdo?' Había tal vez unos tres panditas Vedantas,
y cada uno de ellos se consideraba a sí mismo como un gran pandita
(erudito). Ellos pensaban que: 'Sí, eso no será un problema',
y estuvieron de acuerdo. Ellos regresaron al día siguiente, y
fueron fácilmente derrotados por Srila Guru Maharaj. Lo volvieron
a intentar dos veces más, en dos días, pero en cada ocasión
fueron derrotados. Así que no pudieron llevarme, y tuvieron que
comunicarle esas noticias a mi madre. Entonces mi madre vino aquí;
de ese modo, ocurrieron muchas cosas.
'Este
muchacho será mi sucesor'
Durante esa época,
en el Math, unos cuatro o cinco de los brahmacharis eran muy
poderosos. Tres de ellos eran particularmente cualificados y esperaban
que uno de ellos fuera escogido para ser el Acharya de este Math,
después de Srila Guru Maharaj. Pero cuando Srila Guru Maharaj
declaró que: 'Este muchacho será mi sucesor', todos ellos
comenzaron a pelear conmigo.
En ese tiempo teníamos
una rama en Calcuta, en la casa de Srila Bhaktivedanta Swami Maharaj.
Srila Swami Maharaj le había dado dos habitaciones a Guru Maharaj
para predicar. Él fue el único capaz de inspirar a Srila
Guru Maharaj para que dejara Nabadwip y fuera a Calcuta. También
se habían hecho los arreglos con dos panditas para que
yo estudiara gramática, el Kavya, el Vedanta, etc.
También, todos los días Srila Swami Maharaj directamente
me enseñaba muchas cosas. Realmente, Srila Guru Maharaj fue mi
maestro, y su erudición se hallaba más allá de
toda comparación.
Ese año
nos quedamos allí durante tres meses, luego, en Vrindavan, por
tres meses, y en otro lugar, por otros tres meses, así que siempre
estábamos viajando por diferentes lugares. Todo el tiempo mi
principal maestro era Srila Guru Maharaj, y adondequiera que íbamos
Srila Guiru Maharaj siempre empleaba para mí a otro instructor
más. En Vrindavan, mi maestro fue Visvambar Babaji Maharaj. El
era un buen, muy buen babaji. No puedo creer cuán bueno
era. Veinte años después, estando en Mathura, escuché
que él todavía vivía, así que fui a visitarlo.
Ese Babaji Maharaj, después de verme, me ofreció dandavats
completas, ¿qué más puedo decir? Yo estaba muy sorprendido
y atónito cuando vi a ese gran, gran babaji.
Todo mundo le respetaba
como a un babaji pandita altamente cualificado. Le había
ofrecido las dandavats de un brahmachari por cortesía,
pero él me había ofrecido a cambio unas dandavats
completas, lo cual me dejó sorprendido, y le dije: 'Babaji,
yo soy su discípulo, usted es mi maestro. ¿Por qué
hizo esto? Siento que cometo una ofensa al aceptar semejante respeto
de usted'. Babaji Maharaj replicó: '¡Je, Baba!,
viéndote a ti, siento que Mahaprabhu se encuentra frente a mí
y le ofrezco dandavats a Mahaprabhu. Tú podrás
ser mi estudiante, pero el verte me produce tal recuerdo de Mahaprabhu
que no podía ofrecer algo menos. Ello no fue para crear una ofensa'.
He visto cuán
humildes y tolerantes son todas las gentes en Vraja-Dham. Ellos
toleran mucho, pero este Babaji tenía una mentalidad excepcionalmente
renunciada. Aunque que él era un babaji sahajiya
mi sentimiento fue el de ofrecerle dandavats. En ese momento
la etiqueta habitual había sido temporalmente retirada.
En todo caso, somos
seguidores de Srila Saraswati Thakur. Sin duda que el sendero de ese
babaji era un poco diferente, con todo, yo no sabía cuán
calificado era, por eso yo debía darle dandavats. De manera
que le ofrecí respetos a ese babaji, pero me quedé
muy sorprendido de ver su comportamiento. El fue mi maestro y me reconoció
como su joven estudiante de veinte años atrás.
Atado
por el afecto
A medida que pasaba
el tiempo Srila Guru Maharaj me daba más y más afecto.
Realmente, al principio, yo quedé atado por su afecto, y no por
la Conciencia de Krishna. Fue sólo su afecto y su atención
lo que me dió la excelente oportunidad de permanecer en esta
línea de la Conciencia de Krishna.
Anteriormente supe
tantas cosas acerca de Krishna, Mahaprabhu, Nityananda Prabhu, y del
Pancha Tattva, debido a que nací en una familia brahmín
Vaishnava en donde siempre tenían lugar tales discusiones. Tuve
unos buenos antecedentes, pero ello no fue la causa de mi permanencia
en el Math. La causa fue el afecto de mi Guru Maharaj. Después
de entrar al entorno de la Conciencia de Krishna, fue Srila Guru Maharaj
quien me dio inspiración, y a partir de entonces esa inspiración
siempre ha crecido, no ha disminuído.
También
recibí mucha ayuda, demasiada, de sus hermanos espirituales.
Ellos fueron muy buenos y me dieron siempre un "alimento"
substancial de la concepción Krishna. A través de ello
tuve la oportunidad de no criticar ni maltratar a nadie. Hoy en día
veo mucha crítica y maltrato a los demás, pero Srila Guru
Maharaj siempre elogiaba a otros Vaishnavas y nunca criticaba. A veces,
para protegernos y guiarnos nos daba alguna información acerca
de ellos, pero de una manera muy honorable. Así que la posibilidad
de que yo cometiera una ofensa contra los Vaishnavas era muy reducida.
Recibí muchísima
ayuda de sus hermanos y hermanas espirituales, y de vez en cuando la
hermana de Srila Bhakisidhanta Saraswati Thakur también venía
para ver a Srila Guru Maharaj, y ella también (me) daría
sus bendiciones.
Fue muy benéfico
para mí el que, desde el inicio de mi vida aquí en el
Sri Chaitanya Saraswat Math, bajo los pies de loto de Srila Guru Maharaj,
recayera sobre mí la misericordiosa mirada de muchos caballeros
y damas Vaishnavas.
Traducción
de Anu Krishna Prabhu y Madhuchanda Devi Dasi
Revisión
de Jai Balai Dasa