|  Soquel Ashram foto por
 Ranajit Prabhu
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                Srila 
                  Gurudev transpiraba amor y afecto esta mañana, a pesar 
                  de que no se encuentra con buena salud y de que tuvo muy poco 
                  descanso. Cuando llegué al Seva Ashram de Soquel para 
                  el darshan de las seis de la mañana, me dijeron que él 
                  no había dormido durante la noche. No se esperaba que 
                  Su Divina Gracia viera a los visitantes sino hasta después 
                  de las 8 de la mañana, si acaso. De inmediato me sentí 
                  preocupada por su estado y con cierto desánimo por la 
                  imposibilidad para verlo ese día, pero la alegre atmósfera 
                  creada por todos los devotos no me permitió hundirme 
                  en la tristeza. Su divina presencia se sentía en todas 
                  partes, pudiéramos o no verlo físicamente.  
                
 
                  Cerca de veinte de nuestros Hermanos y Hermanas espirituales 
                  se encontraban apiñados en el cuarto del templo, frente 
                  a Sri Sri Guru Gauranga Gandharvika Giridhari, cantando bhajans 
                  después del mangal arotik. Todos estaban sonrientes y 
                  cantando las palabras con renovada sinceridad. Hubo también 
                  algo especial alrededor de esas horas tempranas de la mañana 
                  que incitaban una claridad de propósitos y una paz mental 
                  mayores.  
                
 
                  Afortunadamente, la oportunidad de tener el darshan de Srila 
                  Gurudev se presentó más pronto de lo que yo esperaba. 
                  Únicamente cuarenta y cinco minutos después de 
                  que llegué, las puertas de su casa se abrieron y los 
                  devotos empezaron lentamente a entrar con cautela. En mi experiencia, 
                  los momentos más intensos suceden cuando uno ve por primera 
                  vez a Sri Guru tras un largo período de separación. 
                  Pasaron un año desde que lo vi en Rusia, y cuatro años 
                  desde que él visitó California. Después 
                  de entrar a su recibidor, recibí el impacto de los rayos 
                  de misericordia que emanaban de su forma brillante. Sus ojos 
                  se encontraron con los míos, y yo instintivamente agaché 
                  mi cabeza y junté mis manos con reverencia. Él, 
                  en respuesta, generosamente asintió con su cabeza. Me 
                  senté a los pies de mi padre (Sarvabhavana Prabhu). Su 
                  Divina Gracia no habló mucho, pero mantuvo un asombroso 
                  y cálido humor a pesar de la falta de sueño y 
                  la fatiga del viaje. Hizo bromas en relación con los 
                  botones del teléfono y preguntó acerca de subir 
                  en auto hasta lo alto de la colina que forma parte de la propiedad 
                  del Ashram. Miró a los devotos que se iban amontonando 
                  en el cuarto y les sonrió tranquilamente a todos. El 
                  solo hecho de estar en el mismo cuarto era algo mágico. 
                  Ante esta proximidad tan corta me acordé de cuán 
                  íntimo es nuestro contacto con Srila Gurudev. Sentí 
                  mi corazón fuertemente atraído, y de nuevo me 
                  di cuenta de que él puede ver dentro de mí. Él 
                  me conoce mejor que lo que yo me conozco, y milagrosamente él 
                  extrae las pocas buenas cualidades que yo pueda poseer a partir 
                  de la inmundicia de ego (y de cualquier otra cosa que pasa dentro 
                  de mi loca mente).  
                
Pero 
                  en la superficie, Srila Gurudev siempre estuvo con un humor 
                  festivo. En cierto momento sintió dificultad para respirar, 
                  y Ranajit Prabhu le trajo su máquina de oxígeno. 
                  Cuidadosamente, él colocó los delgados conductos 
                  bajo su nariz y se relajó reclinando su espalda en la 
                  silla. Mi papá bromeó diciendo que él (Srila 
                  Gurudev) había traído aire de Calcuta hasta América 
                  (una afirmación irónica puesto que, como la mayoría 
                  lo sabe, el aire de Calcuta es probablemente el peor del mundo). 
                  Srila Gurudev se rio y checó la máquina, pretendiendo 
                  ver si había algún letrero que señalara 
                  algo acerca de esa ciudad de Bengala Occidental. Fue un momento 
                  en que el ánimo de los presentes se alivió de 
                  la tensión que se había generado por la presencia 
                  de la máquina de oxígeno. Varios devotos mostraban 
                  tristeza, expresiones conmovidas al mirar los síntomas 
                  de su frágil salud. Pero con el destello de su sonrisa 
                  y expresiones encantadoras, él continuamente hizo que 
                  todos se sintieran cómodos.  
                
 
                  Permanecimos en la presencia de Srila Gurudev por cerca de una 
                  hora y luego se nos mandó hacia afuera para que fuéramos 
                  a desayunar. Ranajit Prabhu, Bhakti Lalita Didi, Jamuna Priya 
                  didi, Srutasrava Prabhu y Sripad Janardan Maharaj se encuentran 
                  velando con mucha atención por la salud de Srila Gurudev. 
                  El tiempo de darshan que él nos ofrezca será limitado 
                  de manera que pueda descansar apropiadamente, pero no hay duda 
                  que su mera presencia inspira, en sus discípulos así 
                  como también en los buscadores sinceros, una actividad 
                  devocional que incrementa. Esta pobre alma ora para que ella 
                  sea útil y ofrezca un pequeño servicio a los devotos 
                  alrededor del mundo. 
                  
                  ¡Jaya 
                  Srila Bhakti Sundar Govinda Dev-Goswami Maharaj!   
                  
                  
                   
                
                   
                    | Vrindavanesvari 
                      Devi Dasi | Traducción: 
                        Jai Balai Dasa |